domingo, 26 de febrero de 2017

¿Adicto al tabaco? La culpa la tienen los neandertales.

Como ocurre con cualquier concepto de carácter científico, cuando nos enfrentamos al ADN en ocasiones nos dejamos influir por la cultura general -en ocasiones errónea- de la población general. Pero ¿de dónde venimos realmente?

En primer lugar, debemos definir ADN. Es una sigla para el ácido desoxirribonucleico, una proteína que se encuentra en gran cantidad en el núcleo de las células que componen el material genético de cualquier ser vivo. Y, a pesar de la creencia popular, lo cierto es que la parte de ese ácido que nos hace únicos, diferentes y singulares frente al resto -color de ojos y enfermedades congénitas incluidas- constituye un 0,1%
Pero ¿qué hay de la mezcla entre el homo sapiens y el homo neanderthalensis? A pesar de, generalmente, considerarse especies separadas, teniendo en cuenta que una de ellas fue más apta para la supervivencia y la otra se extinguió por motivos que aun hoy en día causan controversia -antropofagia aparte-, lo cierto es que existen restos de su coexistencia hace unos 50.000 años, y de su mezcla en el ADN de ciertas personas. Se sabe que convivieron, pero… ¿tuvieron descendencia común?
Para explicarlo, hay que figurarse el surgimiento del homo sapiens en África, como afirma la teoría Out of Africa. Por nuestra procedencia común, cuando se dieron ciertas oleadas migratorias de nuestra especie por motivos de búsqueda de mejores entornos o cambios climáticos, se encontraron con la especie que en aquel momento también existía en algunos puntos de Europa: la del homo neanderthalensis.
Así, estos dos grupos de homínidos se mezclaron en el viejo continente, y se siguieron sucediendo las diversas oleadas hacia otros puntos en Asia, América… De ahí que dependiendo del marco geográfico en el que se encuentre un humano, tendrá un mayor o menor porcentaje de neandertal en su código genético. Se calcula que los europeos tenemos entre un 1 y un 4 por ciento de material genético de nuestros antepasados extinguidos.
El bajo porcentaje se debe no solo a la extinción de la especie, sino también a la dificultad en el paso del cromosoma X, que lleva a pensar que, a pesar de no ser estos híbridos infértiles, eran menos fecundos que aquellos nacidos de dos miembros de la misma especie.
Además de ciertos rasgos físicos en determinados individuos -huesos más prominentes en la zona de las cejas, menor estatura, mayor corpulencia…-, del neandertal hemos heredado vulnerabilidad a enfermedades físicas, como el lupus o la diabetes; mentales, como la depresión; a adicciones como el tabaquismo, según determinan algunos estudios acerca del genoma humano.

Y ¿a partir de dónde han podido averiguar los investigadores todo esto? En parte, ha sido desde la cueva del Sidrón, en Asturias. Allí se encuentra uno de los yacimientos mejor conservados en nuestro continente, con más de un centenar de restos con un estado de conservación aún adecuado para realizar un análisis de ADN del que se ha sacado gran parte de la información citada en esta entrada.


En definitiva, y a pesar de que mucha gente de ideología cerrada intente persuadirnos mediante la apología de la “pureza de raza” de una población etnocentrista y no inclusiva, incluso nuestros antepasados extintos demuestran que la mezcla siempre ha existido y ha contribuido a la perpetuación de nuestra especie y que, a pesar de haber tenido algún riesgo, ha enriquecido nuestro legado genético.
BIBLIOGRAFÍA.
Ciencia El País (febrero de 2016). Aportado por Ouhmaima
http://elpais.com/elpais/2016/02/16/ciencia/1455633230_824000.html?rel=mas
BBC (febrero de 2016). Aporte de Bianca
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160212_salud_legado_neandertal_depresion_tabaquismo_hr
Quo (enero de 2014). Aporte propio
http://www.quo.es/ser-humano/adn-neandertal-hombre-actual
 Scientific American (abril de 2016). Ouhmaima
https://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/cromosoma-y-del-hombre-moderno-no-tiene-rastros-de-adn-neandertal/&source=gmail&ust=1488226199844000&usg=AFQjCNEKjKs-P2TQMMKoFYd2_TyOrij2TQ
Genética Médica (febrero de 2016). Bianca
http://revistageneticamedica.com/2016/02/18/herencia-neandertal-adn/
RTVE (marzo de 2013). Javier
http://www.rtve.es/noticias/20130327/cientificos-precisan-antiguedad-neandertales-sidron-asturias/625282.shtml



lunes, 6 de febrero de 2017

De Lucy a nosotros en dos patas


     Hoy por hoy, vivimos en un mundo controlado por la especie humana... Una especie con lenguaje, con cultura  e idiomas -cualidad que compartimos, por cierto, con las orcas, cuyo comportamiento, costumbres y dialectos
 también va determinada por su situación geográfica, aunque ese sea otro tema-. Pero ¿qué nos diferencia del resto de especies similares? ¿Qué nos diferencia de nuestros antecesores antropológicos? La bipedestación, con su consiguiente liberación de los miembros superiores y el pulgar oponible, además de la mejora de la vista, son algunos de los factores decisivos que han hecho que el ser humano se haya desarrollado tanto y de una manera tan exitosa en el mismo lapso de tiempo en el cual otras especies no han tenido tantos cambios fisiológicos y anatómicos.

    Sin duda, la bipedestación tiene sus ventajas e inconvenientes. Esta condición de andar sobre dos patas, que, según investigadores como Kimbel, Johanson o Ward, ya tenían los homínidos de hace 3 millones de años, nos aporta algunas buenas cualidades en perjuicio de otras no tan positivas... pero ¿cuáles son?


    En primer lugar, el hecho de tener una perspectiva del entorno algo más alta y globalizada, en lugar de verse limitados a mirar al suelo, hizo que estos homínidos desarrollasen su sentido de la vista en gran medida, y comenzaran a abrir nuevos caminos, a intentar descubrir qué había más arriba de sus ojos, cómo podían cazar otro tipo de animales, a tener otro punto de vista sobre su mundo y los lugares en que se desarrollaron... En definitiva, vieron sus horizontes ampliados, fueron capaces de mirar más allá de la vegetación, les permitió ver otro tipo de animales y árboles. 



    Los miembros superiores del cuerpo, es decir, nuestros brazos, se vieron liberados de la pesada carga que les suponía su función como soporte del resto del cuerpo y como medio de locomoción, y pasaron a desempeñar otro tipo de funciones, a servir para desarrollar habilidades manuales -que tan importantes serían después en el homo habilis-, para cazar, para tomar sus alimentos sin desequilibrarse... Las manos, antes encargadas de mantener el equilibrio del cuerpo y de funcionar como soporte y medio para avanzar, pasaron a transportar objetos. 



    Aún a día de hoy, uno de los momentos más importantes en el período de desarrollo de un bebé, es el momento en el que comienza andar sobre dos patas, sinónimo de independencia, de crecimiento, de avance... Como se menciona en el ciclo mítico de Edipo Rey, universal y atemporal y que nos sigue sirviendo como referencia, el hombre es el único animal que anda a dos, tres y cuatro patas, pero cuando anda sobre más soportes, es más débil.



    Además, la marcha bípeda supone un gasto energético menor que la locomoción a cuatro patas, por lo que les sirvió a nuestros más remotos ancestros, provenientes de África y de lugares con recursos limitados o poca densidad en vegetación... De este modo, el hecho de erguirse les permitió recorrer mayores distancias sin cansarse tanto ni requerir tanto aporte de alimentos.

    Finalmente, la bipedestación permite que aprovechemos la brisa, que nos refresca y alivia, y hace que ahorremos agua, bastante práctico en entornos hostiles como la sabana africana ya mencionada en el anterior párrafo. El hecho de que al andar sobre dos miembros se exponga menos superficie al sol también sirve para el ahorro de recursos energéticos y agua.


     Pero no todo son ventajas cuando se trata de andar a dos patas... A pesar de servirnos para ahorrar energías, nos hace más lentos, más torpes, menos ágiles a la hora de huir de depredadores o escapar de otro animal mayor contra el que no se pueda luchar -retrotrayéndonos a los tiempos pasados en los que las armas y los medios de transporte no estaban tan desarrollados, o imaginándonos una situación de aislamiento total-.



    Como ya mencionábamos en el quinto párrafo, la debilidad y vulnerabilidad de las crías es mucho mayor, es decir, tenemos menos fuerza y menos autonomía cuantos más miembros usamos para caminar -siendo la tercera pierna en la obra de teatro clásico un bastón, un paso intermedio en el umbral de debilidad en los ancianos-. Así, los bebés suelen tardar unos dos años para andar de manera totalmente independiente, segura y sin peligros.




    También causa perjuicios en nuestros huesos. La bipedestación causa daños en la distribución del peso y hace que la espalda y, en concreto, la columna vertebral tenga que soportar una sobrecarga y un cierto dolor o pesadez para mantener una postura relajada. También en nuestros huesos se produce una mayor vulnerabilidad frente a las lesiones por accidente. Las rodillas, que por el hecho de andar sobre dos miembros tienen que soportar todo el peso de nuestro cuerpo al desplazarnos, son muy frágiles, y de ellas dependen -o dependían, hace millones de años- nuestra supervivencia y nuestra correcta locomoción. En las mujeres también supone una dificultad en el parto, ya que los cambios en la forma de la pelvis dificultan y añaden riesgos en el alumbramiento. 


    Pero... ahora que nos han quedado claras las ventajas y desventajas de nuestra condición bípeda... ¿sabemos, como en el caso de LUCA -el último antecesor común del que después surgieron las diversas especies, mencionado en la anterior entrada- de dónde proviene dicha condición? Lo cierto es que sí. En 1974 Donald Johanson encontró en Etiopía más de cincuenta huesos de una hembra de homínido, un Australopithecus afarensis que, según las investigaciones del ya mencionado y su equipo, contaba con más de 3 millones de años. 



    El conjunto de huesos, denominado Lucy por escuchar el grupo de científicos a los Beattles, y en concreto su canción "Lucy in the Sky with Diamonds", inspirada en los efectos del LSD, no tenía más que un metro de altura, pesando alrededor de 30 kilos y habiendo muerto con una veintena de años -edad deducida por sus muelas del juicio-. También fueron capaces de descubrir su función progenitora... Lucy había tenido hijos, aunque no se supo determinar la cantidad. 


      Lucy no fue la única homínido encontrada por la zona. Selam, nombre dado al fósil de un niño, se encontró a escasos kilómetros de la ya mencionada.  A pesar de haber representado esta Australopithecus para la comunidad científica el resquicio más antiguo de nuestro pasado ancestral, también está Kanaduumuu, otro homínido con morfología y características similares pero 400.000 años más de antigüedad. 

    En definitiva, las tres grandes preguntas de calado filosófico que el ser humano aún se sigue haciendo se pueden contestar gracias a la bipedestación. ¿Quiénes somos? Humanos, simios bípedos con algo menos de pelo y algo más desarrollo cognitivo. ¿De dónde venimos? De Lucy, Selam, Kanaduumuu y otros muchos homínidos coetáneos a ellos que en un momento dado dieron se irguieron y comenzaron a dar los primeros pasos de la Historia del ser humano. ¿A dónde vamos? Allá donde nos lleven nuestros dos pies y nuestra mente, en parte desarrollada por la necesidad de realizar otro tipo de habilidades y actividades para seguir avanzando, evolucionando, siendo más aptos...




FUENTES CONSULTADAS.
http://evolucionhumana.freehostia.com/contenido.php?contenido=4
http://natalixy23.blogspot.com.es/2012/06/bipedestacion.html
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/sapiens/2011/02/18/bipedestacion-humana.html
http://www.abc.es/ciencia/abci-lucy-australopithecus-hominido-volaba-beatles-201511240431_noticia.html



domingo, 5 de febrero de 2017

   
     A veces, y no teniendo amplios conocimientos sobre antropología, filogénesis o biología, tendemos a asociar la supervivencia de las especies con su fuerza o cualidades físicas favorables independientemente del medio o situación a la que se enfrenten -es decir, animales o especies fuertes por lo general-. Pero ¿sobreviviría un león en la Antártida? ¿Y un oso polar en la sabana africana? No siempre unas características anatómicas de mayor perfección o fuerza determinan la supervivencia de un grupo. A veces es una cuestión determinada por la capacidad de adaptación de dicha especie a una situación concreta o un entorno hostil. 

     Así, se debe diferenciar entre más apto y más fuerte. El término "supervivencia del más apto" no fue, a pesar de la creencia popular, acuñado por Darwin. Sin embargo, en sus teorías evolutivas se reflejaba que aquellas especies que, por cuestiones de desarrollo genético tuvieran unas características determinadas favorables ante cierto tipo de entornos o estímulos, tendrían una probabilidad mucho más alta de sobrevivir frente a otras especies con condiciones anatómicas que no concordasen o no fuesen óptimas para el medio de desarrollo. Sin embargo, esto no quiere decir que la especie no superviviente fuese inferior o menos fuerte, sino menos apta dado el entorno.

    Existen en el mundo animal numerosas especies que, por su aptitud o cualidades fisiológicas determinadas, han conseguido proliferar o sobrevivir, frente a otro tipo de especies que no conocemos o no han llegado hasta nuestros días por no ser capaces de adaptarse a las situaciones desfavorables. 



    En cuanto a la velocidad, los típicos animales herbívoros que sirven como presa a los grandes depredadores han logrado sobrevivir por su rapidez y audacia para huir de aquellos por encima en la cadena alimenticia. Los conejos, liebres y gacelas son ejemplos de este tipo de capacidad de adaptación. Es el caso también, ya en el contexto marítimo, del atún o el bonito.



    También ocurre, no obstante, en el proceso alimenticio contrario. Los animales atacantes, depredadores, son capaces de conseguir sustento gracias a su velocidad y reflejos, que propician su supremacía sobre especies más débiles o lentas. Es el caso del guepardo, el caracol cónico -cuya capacidad de reacción hace que inyecte rápidamente un veneno a sus presas-, los halcones, o las avestruces.




     Hay otros animales que deben su supervivencia a su sentido del olfato. El zorro, verbigracia, depende directamente de su olfato cuando caza, por ser un depredador nocturno. El oso polar también ha sido capaz de superar las situaciones adversas gracias a su olfato.





    Por su capacidad de camuflaje, algunos insectos han sido capaces de pasar desapercibidos ante sus grandes enemigos, siendo el insecto palo el paradigma de este estilo de adaptación, que también han utilizado los camaleones, las polillas camuflándose en el hollín de aquella sociedad industrializada del siglo XIX... 




    Contar con veneno suele ser también una ayuda en la fisiología animal, especialmente en lugares con pocos objetivos a cazar, es decir, lugares con condiciones extremas a nivel meteorológico, entornos hostiles como los desiertos, en los que la serpiente de cascabel o el escorpión, entre otros, son capaces de vivir en unas condiciones en las que otras especies tendrían una muerte asegurada. 





    Si queremos mencionar esta aptitud, podríamos referirnos a especies capacitadas, competentes, válidas, idóneas, adecuadas... aunque es difícil no categorizar mediante el lenguaje a las especies supervivientes como superiores. ¿Es justo o moral esto? En realidad, sabemos que no es una cuestión de superioridad, sino más bien de adaptación a entornos desfavorables. Una especie, por muy fuerte, grande o rápida que sea, puede encontrar su fin si no es capaz de aprovechar sus características biológicas en favor de su supervivencia ante la situación. Es el caso, por ejemplo, de los dinosaurios.

    Pero... teniendo en cuenta todos estos cambios fisiológicos dadas en diversas especies y que han contribuido a su supervivencia... todas las especies deberían partir de un ancestro común, de una misma especie de la que luego fueran desgajándose todos los distintos tipos de seres vivos, con sus características propias. 




    Efectivamente, existe un último antecesor universal común, una bacteria que contaba con 572 genes -un número bastante bajo, pero factible para mantener la vida de una bacteria-, y que se ha denominado LUCA por sus siglas en inglés. De esta primera especie surgirían después las bacterias, que posteriormente originarían otros tipos de seres vivos más complejos y, en última instancia, las plantas, animales y seres vivos que, tras muchos años de procesos evolutivos, conocemos hoy.


FUENTES BIBLIOGRÁFICAS.
http://www.wordreference.com/sinonimos/apto
http://ecoosfera.com/2012/07/top-10-los-animales-mas-veloces-del-mundo/
http://actionbioscience.org/esp/nuevas-fronteras/poolepaper.html
http://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/las-mariposas-oscuras-se-camuflaron-con-el-hollin-de-la-revolucion-industrial
https://historiadivertida.wordpress.com/2009/02/15/anecdotas-de-darwin/
http://actionbioscience.org/esp/nuevas-fronteras/poolepaper.html







lunes, 16 de enero de 2017


Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha tenido la necesidad de conocer los acontecimientos y factores importantes de nuestros más destacados parámetros espacio-temporales: nuestro pasado, presente y futuro; lo que ocurrió aquí, allí y más allá... Somos curiosos e inquisitivos por saber nuestros orígenes, nuestro destino... Y con el precipitado avance de los tiempos, técnicas y concepciones científicas a lo largo de la Historia, nuestra curiosidad ha ido en aumento.

Por ello nos resulta tan inquietante el hecho de poder saber cómo se genera la vida, empezando por sus muestras perceptibles de menor tamaño. ¿Realmente se originó la vida en nuestro propio planeta? ¿Venimos de bacterias extraterrestres? ¿Se crea espontánea y súbitamente sin precedentes genéticos ni biológicos? Responderemos a todas estas cuestiones.

Bárbaras bacterias.


La panspermia fue una teoría planteada en 1865 por el biólogo alemán Hermann Richter, a su vez tomando el legado del físico sueco Svante Auguste Arrhenius y el filósofo Anaxágoras. La teoría plantea el origen de los elementos químicos que propician el desarrollo de la vida en nuestro planeta se hallan dispersos por todo el Universo y expandiéndose en todas direcciones, y que, en realidad, los primeros seres vivos no se originaron en la Tierra, sino que vinieron de otros cuerpos celestes.


Para refutar sus ideas, se basaron en la existencia de estos elementos químicos en el espacio exterior. Es decir, lo que defiende es que la vida no se originó en la Tierra, sino fuera de la misma, siendo nuestro planeta bombardeado con una serie de asteroides, cuerpos rocosos y satélites que depositaron en nuestra superficie estos elementos y bacterias. Básicamente, plantea el origen de la vida como un proceso de agricultura a gran escala, con semillas bioquímicas bacterianas sembrándose en nuestro planeta.


El principal desafío planteado, y motivo de discrepancias entre los partidarios y contrarios a esta teoría, es la capacidad de resistencia de las bacterias a un viaje de tal calado, en condiciones de aceleración, radiación cósmica, y un largo período de viaje. No obstante, los expertos defienden que sería posible dicha resistencia, puesto que las bacterias son los seres vivos con más capacidad de superación a estas situaciones adversas.

Uno de los argumentos a favor de esta alternativa es la existencia de bacterias fosilizadas encontradas en expediciones a Marte, lo que apoyaría la posibilidad del origen de la vida tal como la conocemos fuera de nuestra atmósfera. Además, se han encontrado moléculas orgánicas en las nebulosas, impactos de meteoritos, características comunes en los seres vivos que vaticinan un origen común, y aminoácidos y moléculas comunes en los meteoritos y ADN.

Como argumento en contra: el hecho de que no hayamos descubierto aún pruebas objetivas de vida extraterrestre y el factor de que la panspermia solo traslada el escenario del origen, no da solución a la misma.



Además, hay dos vertientes. Existe la panspermia dirigida, que defiende la propagación de la vida por el universo mediante bacterias resistentes viajando por cometas, pero también existe la panspermia molecular, que sostiene que son moléculas orgánicas complejas y no bacterias lo que se mueve por el espacio. Al aterrizar, se habrían mezclado con elementos ya existentes en nuestro planeta para iniciar las reacciones químicas oportunas que propiciarían después la aparición de seres vivos.

Según esta teoría, las bacterias o moléculas orgánicas complejas seguirían aún viajando por el espacio, lo cual nos da paso a afirmar que podría haber vida en otros planetas, si se dieran los elementos químicos necesarios para que con esa mezcla, pudieran surgir pequeñas formas de vida.

Las polillas... ¿aparecen por arte de magia?


Pero a lo largo de la Historia de la Ciencia, se han planteado muchas y muy diversas teorías acerca de nuestro origen más primario. Por ejemplo, Francesco Redi planteó un experimento sencillo para comprobar y, en ese caso, negar, la creencia de la aparición súbita de los seres vivos. Lo hizo por medio de los gusanos que surgían en la carne en proceso de descomposición. Para comprobar si estos gusanos salían repentinamente, puso la carne de un animal recién muerto en unos recipientes, algunos de ellos abiertos y otros tapados, y llegó a la conclusión de que las larvas sólo aparecían en los recipientes abiertos, en los que las moscas podían haber entrado para dejar sus huevos. 


El italiano consiguió de este modo abrir el debate entre los que defendían la teoría de la generación espontánea, también llamada abiogénesis y los que creían que la aparición de seres vivos dependía de los precedentes químicos y biológicos.


Además, serviría como precedente para la creación del método científico y de la experimentación como medio para comprobar hipótesis, es decir, fue uno de los padres de la ciencia empírica, experimental, basada en la refutación, entre otros factores. Fue uno de los primeros amantes de la sabiduría que basó sus estudios en una prueba, tanteo o ensayo de situaciones con las que chequear la veracidad de sus suposiciones.


En este vídeo se muestra el experimento de Redi en slow motion, y se puede verificar gráficamente la veracidad de su hipótesis.



Pero ¿qué otros ejemplos para comprobar la falsedad de la abiogénesis podemos encontrar en nuestro día a día? Las polillas. A estos pequeños animales les debemos el olor a naftalina de nuestros cajones y armarios. Aparecen en los mismos y, para proteger nuestra ropa de ellos e intentar ahuyentarlos, ponemos este químico. Sin embargo, ¿aparecerían en un armario o un cajón cerrado herméticamente y en el que no pudieran pasar ninguno de los miembros de dicha especie? 

Por desgracia, no tenemos los medios para cerrar herméticamente un cajón, y menos aún con el riesgo de tener que remitirnos a la naftalina en aquellos no cerrados en los que las polillas pongan sus larvas. Sin embargo, al ser un ejemplo similar al de las moscas, podemos prácticamente dar por hecho la reproducibilidad del anterior y declarar que, por suerte, si somos capaces de aislar bien nuestros cajones o recipientes de comida, no tendremos por qué aguantar a estos tediosos animales.

En definitiva: no sabemos de dónde exactamente surgió la vida, pero estamos seguros de que no apareció espontáneamente y sin precedente químico alguno.

BIBLIOGRAFÍA.


domingo, 15 de enero de 2017

"La Evolución sólo es una teoría" y otras 10 frases de cuñado que oirás en tu próxima cena familiar.

                El progreso, tanto a nivel social y político como a nivel cultural, ha traído consigo en los últimos períodos históricos la difusión a nivel total de la cultura y del conocimiento. Esto supone un gran avance en pro de la igualdad social sobre el clasismo o el feudalismo anterior. No obstante, también amplía la diversidad de opinión. A día de hoy, y con las redes sociales como plataforma, raro es que algún individuo de nuestra sociedad no tenga una opinión relativamente formada sobre cualquier tema de actualidad.



                Y, aunque en principio, esto es positivo y fomenta la diversidad y el diálogo, hay ocasiones en las que sigue triunfando la ignorancia o la fe ciega. Es este el caso de las Teorías Evolutivas. Desde que en 1859, Darwin estudiara en las tortugas galápagos las relaciones evolutivas establecidas en su propia especie -siendo, por cierto, un seguidor de la fe cristiana-, ha sido una cuestión polémica que, a pesar de los fundamentos empíricos que se han ido adhiriendo a la Teoría desde entonces, ha traído consigo discusiones y discrepancias.

                Tal es la polémica que aún a día de hoy se genera, que se planteó hace unos cuantos años un Eurobarómetro para comprobar la concienciación de la población europea de sus orígenes filogenéticos, y las diferentes opiniones acerca de dicho tema.

                Tras ver los resultados de dicho Eurobarómetro, he sacado en claro varias conclusiones. En primer lugar, un tercio de la población ignora o reniega de sus orígenes comprobados mediante el método científico. El 16% niega rotundamente la veracidad de la evolución de las especies, y me parece vergonzoso. Me da pena que el dogmatismo triunfe en un sector tan amplio de la población, frente a la ciencia, el empirismo y las pruebas de que la Teoría Evolutiva tiene más fundamentos que el resto de opciones que a día de hoy se barajan.



Dicho esto, tampoco hay que reafirmar la evolución como definitiva, puesto que la ciencia avanza y lo planteado en el pasado no puede tomarse como un ente incuestionable que nos ciegue en el futuro. Por supuesto, quedan muchas pinceladas por dar y con el paso del tiempo se descubrirán más datos acerca del tema, pero a día de hoy, es la que más se acerca a la realidad de nuestros orígenes.

                También me parece penoso que un 11% no muestre interés alguno por conocer sus orígenes, aunque me parece más coherente y sensato reconocer la ignorancia y contestar de este modo a demostrar el escaso juicio crítico por otros medios, negándose al progreso científico y excusándose en la creación de un Dios más propio de la literatura fantástica que de la realidad material de nuestro Universo.

Lamarck


                Las otras alternativas, principalmente las teorías Creacionistas, el Fijismo, el Catastrofismo y el Lamarckismo, no deberían ser consideradas teorías científicas, ya que no son refutables ni comprobables en cualquier situación, no se basan en el método científico y son simples suposiciones con el único objetivo de respaldar el bloqueo ideológico, los dogmas, la mitologización de la naturaleza y la religión que, con la aparición de explicaciones acerca de cuanto nos rodea, se van debilitando.



                Por otra parte, y remitiéndome al artículo inicial, que defiende que los españoles extraen su conocimiento de “Los Picapiedra” por la creencia activa de la mitad de nuestra población de la convivencia entre humanos y dinosaurios, creo que los medios de comunicación cumplen un papel de gran importancia y necesario en nuestra sociedad, pero en muchos casos nos puede confundir. Somos muy susceptibles a engaños y nos creemos prácticamente todo lo que vemos en la televisión, oímos en la radio o leemos en Internet.


Un caso muy claro que ilustra muy bien esta susceptibilidad al engaño es el de Orson Welles, que, mediante un programa radiofónico sembró el temor en la población general con relatos literarios ficticios. Esto ha ocurrido desde el principio de los tiempos, y aunque, en este caso, el director no lo hizo con intención de ocasionar esta histeria colectiva y atemorizar a los oyentes, muchas veces se han orquestado campañas de difamación mediática y han resultado ganadores los poderes económicos de las grandes empresas o los grandes propietarios frente al juicio crítico de los periodistas, que, por conseguir financiación, tienen que defender ideas no siempre lícitas o morales, o no siempre fundamentadas.

                En el caso de la ciencia, existen teorías erróneas que todo el mundo considera verdaderas por la influencia de la “cultura general” social y mediática pero que resultan ser erróneas concepciones culturales sostenidas por la falta de contrastación. Por ejemplo, y a pesar de que en dos tercios de la población triunfan las teorías de Darwin, cuando se le pregunta a un miembro de nuestra sociedad en qué se basan, responden con fundamentos lamarckistas, alegando a que la evolución se da gracias a cambios en el individuo para adaptarse al medio, es decir, que la función hace al órgano, cuando en realidad se basan en la selección natural.



                Otro ejemplo es el prejuicio generalizado de los tiburones como animales sanguinarios cuando lo cierto es que las vacas siguen produciendo más muertes. Esto se puede relacionar directamente con la influencia del filme de Spielberg “Tiburón”.

En Internet, otro medio de comunicación más, también ocurre. Se fomenta a veces el hecho de que gente que no es experta o no conoce en profundidad el tema del que habla informe, como ocurre con blogs y enciclopedias interactivas como Wikipedia en los que, por desgracia, seguimos confiando. Y prueba de esta confianza es el rechazo que se tiene aún por la teoría evolutiva, demostrado en el artículo inicial con anécdotas que relataban cómo los alumnos se negaban a estudiarla por ser “solo una teoría”.

Si de aquellos que afirman que "solo es una teoría" dependiese, quizá este sería el próximo paso.

No obstante… ¿es sólo una teoría? ¿Se puede considerar sólo una teoría cuando está comprobada antropológicamente la procedencia del humano de otros homínidos? ¿Se puede considerar una mera alternativa viendo las grandes similitudes entre las conductas sociales humanas y animales, especialmente en los simios? ¿Se puede negar la evolución a pesar de la existencia de fósiles de especies a día de hoy extinguidas? ¿Se pueden descartar rotundamente las similitudes en el desarrollo embrionario de especies distintas?

¿Se puede negar el trabajo de la bioquímica? ¿Se puede tirar a la basura el estudio de la distribución geográfica de las especies, que, según el clima y los factores geográficos, van adaptándose mediante mutaciones genéticas y luchando por la supervivencia mediante la selección natural? ¿Se puede falsar la existencia de órganos homólogos, de estructura y origen común pero con forma diferente? ¿Se pueden obviar los residuos de otras especies en el ser humano, como el coxis? ¿O el parentesco entre especies demostrado por la comparación del ADN?


Creo que, aportando todos los fundamentos anteriores, la única y definitiva respuesta a las cuestiones previamente planteadas es “NO”. No es sólo una teoría, es la teoría con más pruebas empíricas de las opciones barajadas.

                Finalmente, se me plantea una duda. ¿Por qué a estas alturas sigue triunfando la ignorancia ante la ciencia en una porción tan amplia de la sociedad? ¿Cuáles son los factores determinantes para que se den estos datos en el barómetro? Considero que hay tres tipos de factores influyentes.

                En primer lugar, la situación geográfica política. Los países nórdicos, cuyos habitantes tienen otro tipo de temperamento y cuyo sistema político es más estable, lo cual afianza su desarrollo social, encabezan la lista. Les siguen los mediterráneos con sociedades equilibradas, y los centroeuropeos. Finalmente, a la cola de Europa en este sentido, están los balcánicos, más cercanos a Oriente Medio, inestables a nivel político y con otro tipo de situación cultural.

                El nivel socioeconómico influye. Los países nórdicos, con economías fuertes y en auge, encabezan la lista junto con Francia, Gran Bretaña y Bélgica, en proceso de recuperación. No obstante, esta influencia no es tan decisiva, ya que hay naciones con más nivel socioeconómico que nuestro país por debajo de España. Por ejemplo, Luxemburgo y Alemania, con sistemas educativos, sociales y economías tradicionalmente más firmes.

                La religión mayoritaria, por último, también influye, ya que el único país de mayoría islámica del barómetro muestra unos niveles preocupantes. No obstante, tampoco creo que haya que ligar dicho nivel de asiduos a teorías opuestas a la evolución por completo a su religión, ya que creo importante recalcar su situación geográfica, su política inestable, su situación económica en vías de desarrollo, un sistema educativo con carencias… Lo cierto es que, al haber un mayor seguimiento de la religión, se muestran más reacios a la evolución.


           En definitiva, por mucho que los medios de comunicación o la ética religiosa nos intente convencer de la legitimidad de otras teorías en detrimento de la evolutiva, debemos tener el suficiente juicio crítico para contrastar los argumentos y fundamentos de estas alternativas con la de Darwin, sostenida por pruebas empíricas de peso.


FUENTES CONSULTADAS.

viernes, 23 de diciembre de 2016




 Google Earth… la posibilidad de trasladarse a cualquier lugar imaginable a nivel terrestre, celeste, lunar o marciano a golpe de clic. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas del uso de esta herramienta? ¿Cuáles son las diferencias en cuanto a la búsqueda en una opción o en otra? Descubrámoslo en la siguiente entrada.


El Gran Rift africano, la falla de San Andrés o el volcán Sneffels de Islandia son tres de los muchos ejemplos de estructuras terrestres que afectan y se ven afectados por la tectónica de placas ya estudiadas en otra de las actividades de este mismo tema. Es increíble que desde una aplicación de Internet se pueda tener acceso a cualquiera de estas majestuosas estructuras terrestres, que nuestros padres y abuelos solo podrían haber visto en algún documental televisivo y rara vez de no haber sido por la aparición de Internet. Para mí, reside en ese factor una de las grandezas no solo de Internet, sino de esta aplicación, que permite, descargándose tan solo un nuevo sistema ver a golpe de clic estructuras y parajes del Universo y, en este caso concreto, de nuestro planeta.


La búsqueda de objetos en el cielo es algo más complicada, debido en parte a la amplitud del campo que se trata de ver con esta opción. Por eso, cuando se buscan Galaxias, Sistemas o Planetas en esta opción, se requiere una exhaustiva nomenclatura. Cuando se trata de objetos no estelares, es decir, que no son estrellas, algunos de estos cuerpos  aparecen precedidos en su nomenclatura por una M y otros con una NGC. Los nombrados con la M son aquellos catalogados según el criterio del astrónomo francés Messier, y van después seguidos de un número identificativo hasta el 113, el número total de objetos en total que dicha categorización tiene. Posteriormente, en vista de la escasez de esta clasificación, se creó el New Catalogue General, una actualización del anterior que cuenta con más de 8000 objetos no estelares, nombrados con las siglas NGC y un número. Bajo estas dos clasificaciones se pueden observar nebulosas, cúmulos… La Galaxia del Sombrero, la Nebulosa del Caballo y los planetas del Sistema Solar son las tres búsquedas que realicé, siendo la tercera la menos clara e intuitiva por encontrarse estos cuerpos sumidos en un enorme lío de nombres e iniciales de otros cuerpos.




Pasando a la opción de Marte, es curioso lo mucho que hemos avanzado en cuanto a conocimientos de dicho planeta, que ha visto un cierto resurgimiento en su estudio en los últimos años. Quién le iba a decir a Wernher von Braun, escritor de El Proyecto Marte en 1952, primer estudio técnico de un hipotético viaje a Marte, que 64 años después se podrían ver desde un ordenador imágenes del planeta rojo, y navegar como si andando en la superficie de este cuerpo estuviéramos. La idea del alemán era enviar diez naves con una tripulación de setenta personas en cada una de ellas en tres aviones comerciales que aterrizarían en el ya mencionado planeta. Sería curioso haber visto la reacción del ingeniero espacial, fallecido en la década de los 70, de saber que su proyecto se podría legitimar en forma de reality show, Marte 2020, un proyecto televisivo-científico en el cual se emitirá el periplo de una serie de diversas personas en su travesía hacia Marte, además de su vida una vez establecidos allí. 


Tras buscar en la aplicación la sonda Mars Pathfinder, resulta bastante familiar a los ojos de cualquier persona que conozca mínimamente la imagen de la Luna, de color gris y llena de cráteres formados por la oclusión de su superficie por el choque con otros cuerpos.

La luna es otra de las grandes inquietudes que el ser humano ha tenido desde el principio de los tiempos. Los griegos la representaban con la divinidad Selene, nombre que se mantiene aún en la aplicación en el pie de la página, y ha sido siempre y es causa de admiración, inspiración de artistas y objeto de estudio de científicos durante toda nuestra Historia. ¿Cuál sería la reacción de los griegos clásicos, con su calendario luni-solar, si supieran de la posibilidad en la actualidad de viajar allí virtualmente, o incluso físicamente con el trabajo de los astrónomos y sus naves espaciales, que consiguieron pisar la superficie del satélite en 1969? Precisamente estos primeros pasos, a los que muchos se refieren como “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la Humanidad”, han sido objeto de controversia y todavía hay gente que cuestiona que se tratase realmente de pasos en la propia Luna. En cualquier caso, en Google Earth se recoge con una imagen el lugar de alunizaje de aquella nave, el Apolo XI. 


Pero hablemos ahora de la aplicación en sí misma. Una de sus mayores ventajas es la amplia accesibilidad y el hecho de que sea gratuita, lo que permite que cualquiera pueda tener acceso a la cultura astronómica y pueda ver, desde su sofá, los más remotos confines de nuestra galaxia, los planetas de nuestro Sistema… e incluso a nivel terrestre, la aplicación permite viajar a lugares exóticos y conocer los grandes parajes históricos, arquitectónicos o geográficos que han marcado el recorrido de nuestra Humanidad. 

Además, permite realizar un exhaustivo estudio astronómico de nuestro Universo con muy pocos medios y sin salir de casa para aquellos aficionados y curiosos que quieran no sólo saber sobre su medio y su entorno, sino verlo con sus propios ojos.

En cuanto a su utilidad, reduce el elitismo a nivel científico, permitiendo a cualquiera estudiar los cuerpos espaciales y poder plantear teorías sin necesidad de formar parte de una gran empresa de ingeniería espacial.

El principal punto a mejorar a mi parecer, sería lo poco intuitivo que resulta al buscar cuerpos o astros en la función Cielo. En algunos casos, como al buscar los planetas del Sistema Solar, las imágenes son muy poco claras y la gran cantidad de cuerpos conocidos en un mismo lugar hace que sea bastante difícil percibirlos con exactitud, puesto que la pantalla se convierte en un batiburrillo de números y siglas.


Para completar, en cuanto a Marte y a la Luna, la calidaz y la nitidez de su superficie se puede mejorar bastante, aunque en ese caso supongo que es debido a la falta de exploración de alguna de esas zonas, ya que en las bases y lugares de alunizaje y amartizaje del satélite y el planeta tienen una definición mucho mayor en la aplicación, probablemente también por estar actualizadas más recientemente. 

En definitiva, nos queda por estudiar gran parte de nuestro Universo, y aún quedan muchas dudas por disipar incluso cuando se trata de nuestro entorno más cercano, pero poco a poco nos vamos acercando a un conocimiento total de cuanto nos rodea, con la gran suerte de poder difundirlo a nivel mundial a una gran velocidad, motivada por el auge de las nuevas comunicaciones y la revolución que ha supuesto Internet. Es obvio que desde un PC no vamos a cambiar nuestra concepción astronómico-científica del Universo -o quizá sí-, pero sí podemos asistir al avance de la investigación sobre el mismo y colaborar en la medida de lo posible con la difusión y el disfrute de la tecnología y de aplicaciones como Google Earth.